Nos animamos y nos fuimos de viaje familiar inesperado por un fin de semana. Nuestro destino, la Sierra de San Luis en el estado Falcón, Venezuela. Tengo que decir que mi familia desde siempre ha sido muy pro-viajes por lo cual me sorprende un poco que, a pesar de vivir muy cerca en el estado Carabobo, jamás había oído hablar de este lugar.
La iniciativa la tuvo mi mamá que se come guías turísticas enteras y programas televisivos de lugares por visitar, así que tenía muchas referencias que yo ni me imaginaba y ya antes de llegar sabía exactamente que es lo que quería hacer y que lugares iba a ver. A ella no le costó demasiado trabajo convencer al resto para que la acompañáramos en su viaje, así que nos fuimos por tres días.
DIA 1
Quedamos en comenzar nuestro viaje a las 7 de la mañana para disfrutar la mayor cantidad posible de nuestro viaje, pero se nos retrasó un poco y comenzamos a las 8. No me importó mucho a decir verdad, los preparativos de viaje me emocionan tanto como el viaje en sí; y por procrastinar, el tiempo previsto para comenzar nuestro viaje, lo utilicé para hacer mi maleta, muy ligera por cierto.

Después de salir, recorrimos unas 4 horas la autopista de la costa que nos llevó desde Puerto Cabello hasta Pueblo Cumarebo, donde hicimos nuestra primera parada y nos quedamos con muchas ganas de comer mandarinas. Para suerte nuestra, nos esperaban buenas noticias en el transcurso del camino.
A partir de allí, el camino fue algo incierto, pero disfrutable. No alcanzo a contar las veces que perdimos el camino, pero con ayuda y amabilidad de la gente siempre lográbamos encontrar la vía que nos llevaría a la Sierra.
Y unas dos horas después llegamos a las cataratas del Hueque en Pueblo Nuevo de la Sierra. Solo verlas fue un espectáculo, y a pesar de haber llegado decididos a no bañarnos en ellas para dejarlo para el siguiente día; fue imposible mantener la idea y corrimos a buscar nuestros trajes de baño.
Subimos para mirar las cataratas desde otro punto de vista y mi papá aprovechó el tiempo para hacer algunos amigos, hablaron del lugar, de sus trabajos , compartieron la bebida y anécdotas cotidianas e incluso intercambiaron números de teléfono, mientras nosotras seguíamos arriba mirando las cataratas.
Y terminé perdiendo el secado de cabello de un día, con el mayor de los gustos.
Aproximadamente a las 4 de la tarde volvimos a tomar la carretera que seguía a Curimagua, por recomendación de los viajeros amigos que se encontraban en las cataratas. Pues, antes de salir de la casa no habíamos decidido dónde pasar la noche y ellos nos facilitaron muchísimo la elección, diciendo que Curimagua era un pueblo más fresco y más bonito.
Y a Curimagua llegamos poco más de 1 hora después. Iniciamos nuestra búsqueda de hospedaje preguntando a los lugareños por recomendaciones y nos preocupó que al pedirla solo se nombraba el hotel Gran Apolo; llegamos allí y nos informamos, pero queríamos comparar lugares y subimos por la zona del Carmen de Curimagua, por ahí encontramos la posada bosquetito y la casa campo (que al llegar al patio trasero de la casa me sorprendió su similitud a una casa de mis sueños). Todas las que visitamos eran posadas muy bonitas y cómodas; Sin embargo, las habitaciones del gran Apolo fueron las que más se acomodaron a nuestras necesidades.


DIA 2

Me levanté muy temprano para mirar el amanecer desde las montañas mas altas de Falcón. la salida del hotel tenía vista al este, así que era el momento perfecto para apreciarlo y me lleve mi libreta para ver si lograba escribir algo que valiera la pena. Los tres pinos que teníamos al frente eran la mayor atracción a mi vista, así que no paré de tomar
fotos hasta que tenía ya tantas que debí comenzar a borrarlas, tomando en cuenta que aún nos quedaba lugares por visitar y fotos que tomar.
Para este día ya teníamos planificado el itinerario, visitaríamos San Luis, uno de los haitones y algunas de las cuevas de la zona; pero, primero debíamos llenar nuestro tanque de gasolina y para eso nos fuimos hasta el pueblo de La cruz que quedaba a hora y media de Curimagua, ya que era la estación de servicio más cercana.
Afortunadamente, el pueblo de San Luis se encontraba en la mitad de nuestro camino, a unos 45 minutos de Curimagua e hicimos parada allí para conocerlo, es un pueblito de lo más pintoresco, con unas casitas muy bonitas; Además, es en este pueblo (único de la zona) en el que funcionaban las tarjetas de débito y las lineas telefónicas, así que aprovechamos el momento para comunicarnos con el resto de la familia que se había quedado en Carabobo y también fue aquí donde conseguimos café después de caminar muchísimo buscando un poco en los alrededores
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Busto de la plaza |
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Plaza principal de San luis |
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Monumento a San Luis |
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Boulevard en San Luis |
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Terminal de San Luis |
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Piscina pública de San Luis |
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Piscina pública de San Luis |
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San Luis paseo de la piscina |
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Juramento del monte Sacro
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Luego continuamos nuestro camino a La Cruz. Me pareció extraordinaria la cantidad de naranjos y mandarinas que encontramos durante todo el camino al borde de la carretera, árboles cargados de frutos al alcance de cualquier mano que quisiera quedarse con uno y pues, nosotros queríamos quedarnos con algunos. De nuestro lado izquierdo teníamos vista de gran parte del estado y mi papá nos manifestó su deseo de encontrar un mirador y contemplar mejor el paisaje. No había pasado mucho tiempo cuando encontramos el lugar ideal.
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Plaza e iglesia de La Cruz |
Reanudamos nuestro camino a la Cruz para cargar gasolina hasta llegar a la estación, y aunque tuvimos algunos contratiempos, mi mamá, mi hermana y yo aprovechamos el tiempo de espera para conocer algo del pueblo, así que estuvimos caminando un buen rato por los alrededores, donde conocimos al señor Valdemar, un viejito vendedor de periódicos que nos ayudó con nuestro problema y nos guió hasta su casa para conseguir la gasolina. También pudimos comernos las mandarinas que llevaban ya dos días tentándonos.
Ya listos para seguir con nuestra visita, nos devolvimos e hicimos parada en el Haitón de Guarataro. El aviso se ve desde la calle y ahí a un lado de la carretera pudimos dejar el carro a cargo
del guarda parques. Allí pude ver por vez primera al pájaro campanero que en nuestros paseos hacia el río de San Esteban Pueblo había oído miles de veces. Desde donde dejamos el carro hasta el Haitón se recorren unos 100 metros caminando, allí pudimos verlo; un pozo natural de 355 metros de profundidad que cuando se mira hacia al fondo no se ve el final. El guarda parques nos explicó que a veces se organizan descensos por cuerdas hasta el fondo del Haitón, pero que se necesita un permiso especial para ese tipo de actividades.
Y para culminar el itinerario del día, nos fuimos a las cuevas del parque nacional Juan Crisóstomo Falcón. Para llegar al parque por la zona donde se encuentran las cuevas , el camino se encuentra un poco descuidado y después de desviarnos de la avenida principal y haber recorrido por unos 20 minutos la callecita de tierra ya pensábamos devolvernos, hasta que nos encontramos con Jota y Jose quienes además de señalarnos el camino, se ofrecieron como guías a llevarnos hasta las cuevas y nos iban contando anécdotas y mostrando los lugares a los cuales llegábamos. Primero atravesamos el Puente de los españoles (muchas veces mas pequeño que el que conocemos en San Esteban Pueblo); Luego, fuimos a la cueva de Acarite y por último a la cueva Zarraga la cual atravesamos por un paso corto que salía hacia la parte superior. Nos quedó por conocer la cueva "El Cuarzo" que, evitando que nos cayera la noche , preferimos no visitar durante este viaje. A la vuelta de nuestra caminata, nuestros guías nos contaron que el camino que llevaba a las cuevas conectaba el pueblo de Cabure con Curimagua y como fueron abandonadas esas tierras dejando algunas siembras de naranjos. Al recibir el pago por su trabajo, los niños comenzaron a hablar sobres sus proyectos de convertirse en los guías turísticos de la zona.

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Naranjas en el camino |
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José |
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Cueva Acarite |
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Cueva de Zarraga |
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Jota |
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Puente de los españoles |
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Cruz de mayo |
DIA 3
Amaneció y mi papá nos sugirió que al salir no olvidáramos nuestra cámara. Nos esperaba una mañana brumosa y fría. Así nos despidió Curimagua.
Ya de regreso a Puerto cabello hicimos una parada en el pueblo de Cabure, paseamos por su plaza y su calle principal, para luego regresar a casa.
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Homenaje al arbol |
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Plaza Bolivar de Cabure |
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Iglesia de Cabure |
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De regreso a casa. En la vela de Coro. |
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